La tarea de explorar todo aquello le fue encomendada al geógrafo alemán Hans Steffen, quien a lo largo de 6 expediciones que casi le cuestan la vida, logró cartografiar, fotografiar, documentar, dibujar y realizar las mediciones con las que luego se establecerían las actuales fronteras chilenas y donde ya se contemplaba la posibilidad de construir un camino para unir la región con el resto del país.
A su muerte, ocurrida en Suiza en 1936, dejó dicho en su testamento que quería ser enterrado en Aysén. El periplo de sus cenizas también es digno de ser contado. 70 años tardaron en llegar al cementerio de El Claro, aquí en Coyhaique. Fui a ver el monumento.
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