En las postrimerias de su delirante régimen, el Camarada Pinochot le hizo un regalo a Endesa. Un buen regalo, por cierto: el derecho al uso del agua ¡a perpetuidad! de los ríos Pascua y Baker (los más caudalosos de Chile). Y Endesa, que no es tonta, se apresuró a proyectar 6 megacentrales hidraúlicas que, además de engordar sus balances, permitirían a los sentiagueños llenar su calles de anuncios de Cocacola con luces de colorines que se apagan y se encienden y, ya de paso, sembrar la Patagonia de torres de alta tensión, desplazar a familias enteras y alterar algunos de los espacios más hermosos del planeta.
Pero encontraron un problema: la gente de Aysén, que no quiere ni oír hablar del proyecto. Casi todo el mundo está en contra y también algunos españoles que hemos llegado hasta aquí para unirnos a su lucha.
Davides contra Goliat, un Golitat quien, por cierto, allá en España se jacta de ser el gran defensor del medio ambiente y el adalid de las energías renovables. ¡Pues si es así, que pongan placas solares en los desiertos del norte o generadores eólicos frente a las costas del sur! Allí no molestarían a nadie, simplemente, porque allí no vive nadie.
Y aquí unos enlaces referentes a la causa:
www.aisenreservadevida.com
www.patagoniasinrepresas.cl
http://resistenciapatagonia.blogspot.com
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